El Consejo de Estado rechazó, el lunes 19 de febrero, el recurso del profesor de Derecho Paul Cassia, que pedía la anulación de la congelación del tipo del Livret A al 3%, según una decisión de la que tenía conocimiento la Agence France-Presse.
Cassia, de la Universidad Panthéon-Sorbonne, había presentado varias solicitudes ante el máximo tribunal administrativo francés desde el 13 de julio de 2023, fecha en la que el ministro de Economía, Bruno Le Maire, anunció el mantenimiento del tipo Livret A en 3% hasta enero de 2025.
La tasa de remuneración de unos 56 millones de Livrets A, al igual que la de los 24,8 millones de Livrets de développement durable et solidaire (LDDS), suele ser revisada cada seis meses por la Banque de France antes de ser aprobada por Bercy. Resulta de un cálculo que tiene en cuenta la mitad de la inflación de los últimos seis meses y la otra mitad del tipo de cambio entre los bancos.
Esta operación da un 4,1% para el período de agosto de 2023 a enero de 2024, un 3,9% para el período comprendido entre febrero de 2024 y julio de 2024 y todavía se espera por encima del 3% para el último tercio del viaje, entre agosto de 2024 y enero de 2025 (la cifra aumentará se conocerá a mediados de julio).
Falsas “buenas noticias” para los ahorradores
Lejos de la » buena noticia « Para los franceses, anunciada por Bruno Le Maire, esta congelación del 3% les resulta muy desfavorable, con más de 6.000 millones de euros menos de remuneración desde un primer distrito a la baja a principios de 2023.
El Consejo de Estado confirmó la competencia del ministro para tomar tal decisión y validó el argumento de «circunstancias excepcionales», propuesto por el Banco de Francia, que lo justifica. El principal argumento para congelar el tipo es la defensa de las finanzas de los actores de la vivienda social, que piden préstamos a la Caisse des Dépôts al tipo Livret A.
Estos últimos, en cambio, tratan con un prestamista complaciente y gestionan sus deudas a largo plazo, garantizando la duración estándar de los préstamos durante años, un horizonte compuesto esencialmente de bajadas y subidas de tipos. La congelación del tipo también favorece a los bancos, que pagan parte de los intereses, y limita el daño a las aseguradoras, que luchan por alinear la remuneración de sus fondos en euros con la de los ahorros regulados.