Se trata de una alianza a gran escala de toda la cadena agroalimentaria que la Autoridad de Competencia sancionó el jueves 11 de enero. Más de 19,5 millones de euros en multas impuestas a cuatro organizaciones profesionales y once empresas adheridas (entre ellas Andros, Bonduelle, Charles et Alice, D’Aucy, General Mills, Unilever, etc.), por haber restringido la información al consumidor sobre la presencia de bisfenol A (BPA), uno de los principales disruptores endocrinos. , en embalaje.
La Federación de Industrias de Conservas de Alimentos, la Asociación Nacional de Industrias de Alimentos, la Asociación de Empresas de Productos Alimenticios Procesados y el Sindicato Nacional de Fabricantes de Latas, Envases y Cierres Metálicos “acordaron alentar a los fabricantes a no competir en cuanto a la presencia o ausencia de bisfenol A en sus productos enlatados”, especifica la Autoridad de Competencia. Además, once empresas fueron condenadas por participar “en reuniones organizadas por sus asociaciones o sindicatos” sobre el tema.
Un pacto de no agresión
El caso se remonta a 2015. En ese momento, un ley del 24 de diciembre de 2012 había suspendido la fabricación, importación, exportación y comercialización de cualquier recipiente o utensilio que contenga BPA desde 1oh Enero de 2015. Sustancia química presente en la fabricación de plásticos duros y transparentes como el policarbonato, así como en las resinas que recubren el interior de las latas metálicas, y por tanto susceptible de pasar a los alimentos.
Antes de que esta legislación entrara en vigor, los participantes en esta alianza incrementaron los intercambios entre 2010 y 2015 con el fin de coordinar la información proporcionada a los consumidores. Resultado: un pacto de no agresión destinado a no destacar en los envases los productos sin bisfenol A durante los primeros meses del cambio. Se trata de evitar penalizar las ventas de las empresas menos receptivas. Porque, para no desestabilizar los sectores productivos, el regulador había autorizado a los fabricantes a vender hasta agotar existencias productos que habían sido comercializados en el mercado francés antes del 1oh Enero de 2015.
Para mejorar sus productos más rápidamente, los actores del sector agroalimentario habían imaginado incluso acortar las fechas de caducidad en los envases, ese período más allá del cual el producto puede consumirse, pero cuya calidad el fabricante ya no garantiza. , consistencia, etc.) o dietéticos.