KaDeWe está en quiebra. El templo berlinés de las compras de lujo, uno de los emblemas de la capital alemana, se declaró en quiebra el lunes 29 de enero, última etapa del colapso del grupo inmobiliario Signa, que comenzó en otoño.
Desde la caída de su creador, el multimillonario austriaco René Benko, Signa ha visto caer una a una todas las joyas del antiguo imperio: KaDeWe lleva a la quiebra otros dos grandes almacenes de lujo que le pertenecían en el seno de la empresa KaDeWe Group, el Alsterhaus, en Hamburgo, y el Oberpollinger, en Munich. También están en quiebra las tiendas Karstadt y Galeria Kaufhof, en el corazón de los centros comerciales de muchas ciudades alemanas y adquiridas por René Benko hace una década.
Esta cesación de pagos penalizará a sus proveedores internacionales y a las grandes marcas presentes en las tiendas. Sobre todo, 1.700 empleados del grupo ven amenazado su futuro, aunque la actividad continúe durante el procedimiento. Muchos creyeron que el desastre podría haberse evitado. Especializado en el segmento del lujo, relativamente protegido de la crisis, el grupo KaDeWe registró un aumento de su facturación en 2023.
Un lugar emblemático
KaDeWe, o Kaufhaus des Westens (“grandes almacenes de Occidente”) es un coloso de 60.000 metros cuadrados diseñado siguiendo el modelo de grandes almacenes Estadounidenses e inaugurada en 1905. Durante mucho tiempo fue la tienda más grande de Europa y sigue siendo un lugar emblemático en Berlín Occidental, muy cerca de la famosa avenida comercial Ku’damm.
Comprada por Signa en 2013, KaDeWe fue víctima de la gestión opaca del multimillonario austriaco, que había creado en el seno de su grupo decenas de entidades jurídicas que se facturaban entre sí. De este modo, el grupo Signa era propietario de las paredes de las tiendas de una sociedad inmobiliaria, que cobraba a las empresas operadoras comerciales, también miembros del grupo, alquileres exorbitantes. Según datos de la revista. EL spiegel, el alquiler absorbió así el 13% del volumen de negocios de la tienda de Berlín, el 17% del de Hamburgo y el 20% del de Múnich, mientras que, según los expertos, sólo el 10% del volumen de negocios es soportable para una actividad de este tipo. Este complejo de arquitectura financiera ha sido clave para la expansión impulsada por el crédito de René Benko en el mercado inmobiliario de lujo durante la última década. Hoy es el dolor de cabeza de los déficits y de los administradores judiciales.
La quiebra de KaDeWe debería permitir a la empresa denunciar estos contratos de localización abusivos. Por su parte, la inmobiliaria que gestionaba los edificios, privada de recursos, también debería declararse en quiebra en los próximos días. Las consecuencias del colapso de este castillo de naipes financiero aún son inciertas. El único elemento positivo: el grupo tailandés Central, que ya es accionista del 50% del grupo KaDeWe y que lleva varias semanas negociando todas las partes, tiene buenas posibilidades de llegar a un acuerdo.
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