Los europeos cerca de un acuerdo

Los europeos cerca de un acuerdo

Aún no es un acuerdo a los veintisiete, pero estamos cada vez más cerca. Si bien la noche del jueves 7 al viernes 8 de diciembre París y Berlín acordaron la reforma del pacto de estabilidad y crecimiento, la presión es fuerte sobre los países aún recalcitrantes, empezando por los frugales, como el Bas, Austria. , Finlandia o Suecia- para que se sumen a este inicio de consenso. “Hemos logrado avances esenciales”dio la bienvenida al ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, después de más de ocho horas de negociaciones con sus homólogos, añadiendo que un acuerdo estaba al alcance de la mano «antes de fin de año».

Han pasado meses desde que los Veintisiete negociaron la revisión de las normas presupuestarias europeas de casi treinta años de antigüedad, suspendidas desde marzo de 2020 y que se supone que volverán a funcionar el 1oh Enero de 2024. Ante el aumento de la deuda pública en todo el Viejo Continente, tras la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania, parece difícil volver a las reglas existentes.

Muy complejas, acompañadas de sanciones muy duras y poco creíbles (hasta la fecha no se ha impuesto ninguna multa), que conllevan objetivos poco realistas, tienen también efectos procíclicos, al añadir austeridad a la retirada de la economía. “Durante veinte años, los europeos no sólo han tenido un alto nivel de deuda (83% del producto interno bruto, PIB, en 2023)pero, además, su crecimiento es bajo”, Martèle Paolo Gentiloni, Comisario de Economía.

Alemania obtiene “salvaguardias”

La propuesta de la Comisión, presentada en abril, mantuvo el marco actual que exige que el déficit público no supere el 3% del PIB y que la deuda permanezca contenida por debajo del 60% de la riqueza nacional. Pero introdujo elementos de flexibilidad que impidieron que la consecución de estos objetivos se uniera al crecimiento y privara a los gobiernos de tomar decisiones estratégicas para su futuro.

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Sobre el papel, el acuerdo franco-alemán mantiene esta filosofía. Un Estado miembro que no respete uno u otro de los criterios de Maastricht puede elegir, de forma controlada, el ritmo de consolidación de sus finanzas públicas. Si se compromete a realizar inversiones que puedan impulsar su crecimiento, en transiciones ecológica y digital, por ejemplo, o para garantizar su seguridad, así como si lanza reformas estructurales, podrá beneficiarse de tres años adicionales. de los cuatro previstos para garantizar la sostenibilidad de su deuda.

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