El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, anunció el domingo 18 de febrero una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento de Francia para 2024, del 1,4 al 1%. Esto implica un “Esfuerzo inmediato de 10 mil millones de euros de ahorro” este año, añadió, invitado al informativo televisivo de las 20 horas en TF1. Le Maire aseguró que el ejecutivo liberará estos miles de millones de euros de ahorro en el gasto del Estado, comprometiéndose “como durante siete años” para no aumentar los impuestos.
Esta nueva previsión de crecimiento “tiene en cuenta el nuevo contexto geopolítico”explicó el Ministro de Economía, evocando al mismo tiempo la guerra en Ucrania, Oriente Medio, la “Reducción económica muy marcada en China” Y “una recesión en 2023 en Alemania”. París también mantiene su objetivo de rebajar el déficit público hasta el 4,4% del producto interior bruto (PIB) en 2024.
Antes de su anuncio, Bruno Le Maire reiteró que este objetivo parecía cada vez menos alcanzable. “Tendré la oportunidad de aclarar nuestra estrategia económica y nuestra estrategia de finanzas públicas con el Presidente de la República y el Primer Ministro en los próximos días”declaró el jueves. “Creo que en los últimos siete años he demostrado siempre claridad y firmeza en estos temas. »
La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) es el último grupo económico que ha rebajado, el lunes, al 0,6%, su estimación de crecimiento del PIB de Francia para este año. Siguió los pasos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ahora cuenta con un aumento del 1%. La Banque de France prevé un 0,9%, mientras que el consenso de los economistas implicados por la agencia Bloomberg espera un 0,7%.
Una clara desaceleración
En 2023, Bruno Le Maire había desbaratado las predicciones más pesimistas. El crecimiento había alcanzado el 0,9%, según el INSEE, un nivel muy cercano a lo previsto, es decir, el 1%. Pero esta resistencia de la segunda potencia económica de la zona del euro, en un contexto de inflación aún punzante y de fuertes tensiones geopolíticas, enmascara evoluciones muy divergentes del PIB: un segundo trimestre de crecimiento (+0,7%), los otros tres estancados.
La desaceleración es obvia. La actividad en 2024 se verá afectada por el aumento de los tipos de interés decidido para contrarrestar la inflación, pero que pesa sobre las inversiones de empresas y hogares. Y en Europa, al vecino alemán le va mal. Con una notable desaceleración de la inflación, el principal apoyo a la actividad económica residiría en un aumento –moderado– del apetito adquisitivo de los hogares.
El INSEE prevé un crecimiento del 0,2% para cada uno de los dos primeros trimestres de 2024. Con un aumento del crecimiento al 0,5% a mediados de año, se requeriría un crecimiento del PIB del 1,2% tanto en el tercer trimestre como en el cuarto para alcanzar 1,4%, lo que predijo el gobierno. Es » mucho «observamos en el instituto de estadística.
Un menor crecimiento complicará el difícil ejercicio de restaurar las finanzas públicas, que el gobierno ha declarado como prioridad. Más que aumentos de impuestos, cuenta con un superávit de actividad y con ahorros considerables para reducir una deuda de más de 3 billones de euros y reducir el déficit público al 4,4% del PIB en 2024 (frente al 4,9% previsto para 2023). luego, por debajo del límite europeo del 3% en 2027. Tras el fin del apoyo excepcional a la crisis este año, el objetivo es ahorrar al menos 12 mil millones de euros al año a partir de 2025.