Para Volvo, ha llegado el momento de volverse eléctrico para siempre. Hasta entonces, la marca, que apuesta por adelantarse al abandono del motor térmico a partir de 2030, había reconvertido los modelos convencionales añadiendo baterías. Esta vez, el fabricante sueco controlado por el grupo chino Geely lanza el EX30, un SUV diseñado sobre una plataforma específica, que comparte en particular con los coches Smart de última generación.
Este modelo de dimensiones contenidas (4,23 metros) debería convertirse rápidamente en el más disponible de toda la gama y permitir a Volvo ampliar, en la era eléctrica, el camino que le ha permitido consolidarse como un fabricante elegante, progresista y limpio. . El estilo exterior crea una silueta compacta. La parte delantera se distingue por la supuesta ausencia de parrilla y la parte trasera por un recorte dinámico en el portón trasero. Un enfoque nuevo, pero que no rompe con los cánones de belleza definidos por los diseñadores de Gotemburgo.
Como todos los nuevos modelos eléctricos, la ambición de este coche es presentarse como un sustituto creíble de Tesla. Volvo no es una excepción, que ha optado por ocupar un segmento muy activo –el de los SUV pequeños– donde los vehículos propulsados por baterías, curiosamente, todavía no están muy presentes. Sobre todo, observamos que la firma sueca no buscó sortear el obstáculo. A diferencia de sus competidores alemán o francés, no comparte la opinión contraria de la empresa de Elon Musk, que fundó su éxito alejándose de los códigos automovilísticos tradicionales y diseñando un interior extremadamente minimalista.
Posicionamiento de precios bastante agresivo
Sin duda, Tesla se ha consolidado como la referencia central del nuevo Volvo. El EX30 también ofrece dos tipos de baterías, que utilizan química LFP (litio, hierro, fosfato), menos eficientes pero económicas, para la versión básica (51 kilovatios hora, 344 kilómetros de autonomía). La versión alta recibe células NMC (litio, níquel, manganeso, cobalto) con una capacidad de 69 kWh para 480 kilómetros de autonomía, y puede equiparse con dos motores.
Un poco menos elitista que el resto del catálogo, el posicionamiento de precios (a partir de 37.500 euros) del EX30 pretende ser bastante agresivo, como la estrategia desarrollada por el fabricante americano ahora con sede en Austin (Texas). Una obligación, de hecho, dados los orígenes de este modelo producido en China y por tanto condenado a ignorar el bono ecológico. La situación parece transitoria ya que está previsto trasladar, a partir de 2025, la producción destinada a Europa a la fábrica belga de Gante.
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